Recientes excavaciones arqueológicas han dado con los vestigios de un edificio posiblemente público, donde se han hallado importantes elementos numismáticos que fechan del periodo asmoneo.
Las fuentes históricas, en particular Flavio Josefo, describía la realidad de una Jerusalén asmonea, pero hasta este momento no existían restos que confirmaran su existencia.
Las recientes excavaciones que se han realizado en pleno centro histórico de la ciudad, a pocos metros del Monte del Templo y en la conocida como Ciudad de David, han sacado a la luz los restos de un edificio cuya construcción se estima realizada durante la segunda mitad del siglo II a.C.
Su tamaño, con muros de aproximadamente cuatro metros de altura y con una extensión de 64 metros cuadrados, parece indicar que se trata de un edificio público, pero los objetos que han confirmado la fecha del edificio han sido las monedas.
Si bien hasta la fecha no se han ofrecido demasiados detalles respecto a los numismas recuperados, se sabe que se han encontrado piezas de Antíoco II, Antíoco IV y Antíoco VII. Los asmoneos fueron la dinastía que gobernó en Israel tras la sublevación contra el imperio seleúcida y la última antes de la anexión del territorio al Imperio romano. Las monedas de Antíoco II indican que el edificio fue construido cuando Jerusalén aún se encontraba bajo el dominio de esa dinastía helenística.
Las piezas de Antíoco IV demuestran que, por entonces, el edificio se encontraba en uso.
Pero seguramente la parte numismática más interesante de la excavación es la de las piezas de Antíoco VII. El primer rey asmoneo, Juan Hircano, pactó con el monarca seleúcida cuando éste sitió Jerusalén en el 132 a.C., pagando quinientos talentos de plata para levantar el asedio y convirtiéndose en un rey vasallo del imperio helenístico.
Las acuñaciones de Juan Hircano no muestran su retrato, ya que el judaísmo prohíbe la representación de ídolos y las imágenes grabadas. Esta tradición contrasta intensamente con las series numismáticas de sus vecinos, en las que los monarcas helenísticos aparecen divinizados.
El director de la excavación, Doron Ben Ami, señala incluso que las monedas podrían ofrecer otras claves. Aunque muy prudente en sus declaraciones, registradas en el comunicado de prensa de la Israel Antiquities Authority, el arqueólogo afirma que un número tan grande de monedas, y en una ciudad tan pequeña como era Jerusalén en aquella época, podrían indicar que la ceca del reino no se encontraba lejos, insinuando que este edificio sea, quizá, la misma ceca.
Fuente: PanoramaNumismatico
Escribe un comentario